Rangers vs. Celtic: Fútbol, religión y política en el corazón de Escocia
- hoyosdaniel50
- hace 2 días
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El clásico entre Rangers y Celtic, conocido como el Old Firm, es uno de los enfrentamientos más emblemáticos y cargados de significado en el fútbol mundial. Este duelo, que va mucho más allá de lo deportivo, está marcado por una intensa rivalidad que refleja divisiones religiosas, políticas y culturales profundamente arraigadas en la sociedad escocesa. A lo largo de más de un siglo, el Old Firm ha sido testigo de enfrentamientos épicos, controversias y episodios que trascienden el deporte.
Orígenes del clásico
La rivalidad entre Rangers y Celtic se remonta al siglo XIX, cuando ambos clubes fueron fundados en Glasgow. El Celtic, establecido en 1887 por inmigrantes irlandeses y católicos, surgió con el objetivo de apoyar a las comunidades más desfavorecidas de la ciudad. Por su parte, el Rangers, fundado en 1872, atrajo principalmente a la población protestante y a la clase trabajadora de tradición unionista, defensora de la unión entre Escocia y el Reino Unido.
Desde el principio, los dos clubes representaron mucho más que sus colores. El Celtic simbolizaba la identidad irlandesa y católica, mientras que el Rangers era un bastión de la tradición protestante y unionista. Estas diferencias se intensificaron con el tiempo, alimentadas por las tensiones políticas en Irlanda del Norte, el conflicto entre nacionalistas irlandeses y unionistas, y la inmigración irlandesa a Escocia.
Fútbol como extensión de la religión y la política
A lo largo de los años, los partidos entre Rangers y Celtic se han convertido en un terreno donde se manifiestan las divisiones religiosas y políticas de Glasgow. Los aficionados del Celtic suelen identificarse con el nacionalismo irlandés y el catolicismo, mientras que los del Rangers se alinean con el unionismo británico y el protestantismo.
Estas diferencias no solo se ven en las gradas, sino también en los cánticos, banderas y símbolos exhibidos durante los encuentros. Canciones sobre el Ejército Republicano Irlandés (IRA) son comunes entre los seguidores del Celtic, mientras que los hinchas del Rangers suelen entonar himnos de lealtad a la Corona británica.
En el pasado, el Rangers llegó a adoptar una política no oficial de no fichar jugadores católicos, una práctica que persistió hasta finales del siglo XX. Esto no solo reforzó las divisiones entre ambos clubes, sino que también contribuyó a mantener la intensidad del clásico.
Anécdotas y episodios memorables
El Old Firm está lleno de historias que ilustran la pasión y la complejidad de esta rivalidad. Entre ellas, destacan los enfrentamientos que llevaron las tensiones al límite:
• La incorporación de jugadores extranjeros: En 1989, el Rangers fichó a Mo Johnston, un delantero escocés que había jugado anteriormente para el Celtic y que, además, era católico. Su llegada rompió décadas de tradición en el club protestante y provocó reacciones de rechazo entre algunos aficionados del Rangers. Este hecho marcó un punto de inflexión en la historia del club, aunque no estuvo exento de controversia.
• El clásico de 1999: Conocido como uno de los partidos más caóticos en la historia del Old Firm, este encuentro vio varias expulsiones, peleas en el campo y enfrentamientos entre los aficionados. Rangers ganó 3-0 y se aseguró el título de la liga, pero el partido dejó un legado de amargura y tensión.
• Neil Lennon y los abusos sectarios: El exjugador y entrenador del Celtic, Neil Lennon, fue objeto de múltiples amenazas y abusos durante su carrera debido a su religión y sus opiniones políticas, que lo identificaban con el nacionalismo irlandés. Su experiencia subrayó cómo la rivalidad podía traspasar los límites del deporte y convertirse en un problema social.
Un clásico en transformación
En las últimas décadas, la rivalidad entre Rangers y Celtic ha cambiado, en parte debido a la globalización del fútbol. Ambos equipos han fichado jugadores extranjeros que no están vinculados a las tensiones religiosas y políticas locales, diluyendo parcialmente los elementos más divisivos del clásico. Sin embargo, el Old Firm sigue siendo un reflejo de la historia y la identidad de Escocia.
El fútbol, aunque en ocasiones exacerbó las divisiones, también ha servido como un espacio donde estas tensiones pueden ser canalizadas. A pesar de sus aspectos negativos, el Old Firm sigue siendo una celebración de la pasión por el deporte y una parte esencial de la cultura escocesa.
Conclusión
El Old Firm no es solo un partido de fútbol; es una ventana al alma de Glasgow, una ciudad marcada por su historia y sus contrastes. Aunque las tensiones religiosas y políticas han disminuido con el tiempo, la rivalidad entre Rangers y Celtic sigue siendo una de las más intensas y significativas del fútbol mundial. Este clásico, con su mezcla única de deporte, historia y cultura, continúa capturando la atención de los aficionados y recordándonos que, en el fútbol, las rivalidades más profundas son las que cuentan historias más allá del campo de juego.
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